Mi Transgracanaria - Starter

jueves, 14 de marzo de 2024

Tras dos días amaneciendo a eso de las 05h00 y un tercero a las 03h13 agradecí profundamente que mi carrera no saliera temprano. No hay necesidad de que las carreras se hagan pronto, por dios, organizadores, tened piedad. Y fue el caso. Total para 21 km... Por eso, levantarse por fin descansado se agradecía, no es que fuera un augurio de un buen día pero mejor empezar así la jornada.

El siguiente paso era el desayuno, que no dejaría de ser una anécdota excepto cuando el hotel tiene bufet libre. En el tercer plato me dije que quizá debería de cortarme porque lo iba a pagar; pero es mucho mejor sufrir y vomitar que pasar hambre. Dónde va a parar.

Desayuno unipersonal estándar precarrera aunque sea corta. La IA entiende ("pantagruelic breakfast with Canarian islands background before trail running race") que hemos venido a comer, no a sufrir a la vida. 

Aunque pensaba ir en autobús me pidieron el favor de ir en coche. De paso llevé a Antonio Martínez el cual no pudo disfrutar de mis dotes de pilotaje por el tráfico en la carretera. Da la casualidad de que el a la postre ganador estaba en ese coche pero no voy a desvelar quién por respeto. Tras "aparcar" algo apresuradamente y vestirnos de gala me dirijo a la salida, quedaban unos minutos cuando recibo una llamada: se ha roto el embrague. Las cursivas son mías por no señalar a culpables. Total, que a pocos minutos de la salida estaba tratando de hacer lo posible por contactar con la empresa de alquiler para tratar de solucionar el problema. A todo esto toda la gente se colocó y tuve que utilizar mis artes para no salir detrás, de hecho me coloqué muy delante. No voy a decir el cómo, lo podréis leer en mis memorias.

Antes de salir un colega de fatigas me pide ayuda para tratar de desatascar un bastón, no lo conseguimos. Es decir, cargó con medio kilo de bastones para no poder usarlos. Cosas que pasan. Digamos suavemente que no había preparado demasiado bien la carrera. De hecho me sorprendió el desnivel poco antes de competir, 1400 m, qué perezón. Miré el perfil de la carrera que estaba impreso en el dorsal para hacerme a la idea de cómo era y traté de leer las letritas así de pequeñitas para poder ver los kilómetros de los avituallamientos pero no fui capaz. No he hecho la cuenta pero creo que es la carrera de todo el evento que más desnivel tiene proporcionalmente, y posiblemente también la más bonita porque discurre por el interior lejos de la isla sin los condicionantes de salida o meta... y porque no tiene noche, el fraude de las ultras del que nadie se atreve a decir que las organizaciones nos roban el dinero yendo de noche, ¡no se ve el paisaje, las montañas, las vistas, nada!

Salida, la gente pesca a correr bastante rápido, me sorprende el ritmo, era rapidito pero es que se sube todo corriendo al principio, y cuando la gente empieza a andar en las primeras rampas me tomo mi venganza: donde mejor rindo es en esas pendientes entre correr y andar, me suele ser sencillo seguir corriendo sin un desgaste mayor. A los pocos metros de salir me he percatado de que llevo la mochila mal puesta, el lado izquierdo dada la vuelta, pensé en colocármela más adelante cuando parase en un avituallamiento pero se me olvidó, la verdad, y así fui todo el rato.

Clásico paisaje transgrancanareño si levantas la vista de tu ombligo @The Adventurure Bakery

Iba correteando en las las subidas, como digo, sin un gran esfuerzo aparentemente hasta que te das cuenta de que el calor es mayor del esperado y te sigues empecinando en correr a toda costa. Este mismo día había previsión de nieve en mi localidad y yo empezando a padecer calor, qué cosas oye. Empecé a replantearme la táctica cuando llevaba un considerable calentón así que al llegar a la primera carretera decidí pensar con las neuronas de la cabeza y no del cipote y corté, necesitaba bajar la temperatura y algo el pulso. Tocaba estabilizar porque así no llegaba ni a la esquina. Miré de reojo y vi 360 de desnivel, me dio un poco de bajona porque básicamente acababa de empezar pero es lo que pasa cuando no sabes correr.

A mejor ritmo fui progresando, pelo enciscado con la competición, pero se me estaba olvidando mirar los paisajes y en el camino de la Plata eché un par de vistazos, el día era espectacular, las vistas infinitas y aquello era realmente bonito. Poco después veo algo raro a pocos metros de mí, una corredora se había desplomado, momentos de confusión, se le puso a la sombra y con un teléfono ajeno llamé a emergencias. Nadie allí sabía qué hacer realmente, demasiadas opiniones y buena voluntad y la situación no era poca cosa. Mirada perdida cuando los ojos estaban abiertos, mandíbula apretada, completamente ida. Nunca había vivido una situación así y no me gustó nada por la sensación de no ser capaz de hacer nada útil. Tras lo que calculé como unos diez o quince minutos me fui, no hacía nada, la situación estaba estabilizada, con muy malas sensaciones y si hubiera tenido opción posiblemente me hubiera ido a casa. Pero no la tuve. Con muy mal rollo en el cuerpo seguí, obviamente descansado, y de una forma no planeada me apreté con lo que tras un buen rato digamos que entré de nuevo en carrera, en algún momento pensé qué podía haber pasado, creo que un golpe de calor, que no necesitas 45 ºC, necesitas generar más calor del que el cuerpo es capaz de disipar y el cuerpo desconecta igual que se apaga un móvil cuando se sobrecalienta. Por la tarde supe que había sido rescatada y que todo estaba bien.

Clásica subida (o bajada) de Transgrancanaria, camino de la Plata. Zona realmente chula @David Delfour

Tras adelantar a bastante gente (lógicamente en ese momento no estaba en mi sitio) me estabilicé de nuevo. De hecho en algún momento llegué a pensar que me sorprendía que todavía hubiera gente detrás con todo lo que había estado parado, luego he visto que era algo menos de lo que pude calcular: el tiempo es estable, nuestra percepción no lo es. Tras un buen rato voy detrás de una chica y veo que se le cae el cierre de un gel, entre que me doy cuenta y reacciono se me han ido unos metros y me da pereza volver. Poco después veo cómo claramente la misma chica tira el envase del gel al suelo y ahí sí, me paro, lo cojo y aprieto para alcanzarla, le digo que "esto es tuyo", ni mira, ya le doy un toquecito en el brazo y se lo digo en castellano e inglés, creo que en ese momento se lo podría haber dicho en uzbeco, chino mandarín y quechua, pues me cogí un importante cabreo.

Misma subida desde otro ángulo. El desalmado organizador nos hizo subir desde la carretera hasta este punto y todavía quedaba un rato. No tiene corazón @David Delfour

Calentito llegué al avituallamiento de El Garañón, antes de llegar vi que llevaba agua, había dosificado bastante, con lo que no rellené, había empezado un gel y por precaución cogí otro, luego un segundo y un cuarto de naranja, no necesitaba parar más, no creo que estuviera mucho más de treinta segundos, no tenía que hacer nada allí. Poco después vi dos geles de la marca del avituallamiento lo que me apenó por lo estúpidos que somos. En un bastante transitado camino al Roque Nublo me volví a apretar bastante las tuercas, me pasé el punto de dar la vuelta porque no entendí las indicaciones de la persona que allí estaba (ejem) y me lancé a la bajada con un tío al que supuse francés, por lo mucho Decathñon que portaba, y al que dejé pasar porque era claramente más rápido. Tiempo después le adelanté y cuando me pilló de nuevo le volví a dejar pasar para, en la primera curva, patinar y casi irse, y en la segunda volver a patinar y estamparse. Si es que van como locos.

Esforzado corredor anónimo llegando a las proximidades del Roque Nublo con cara de estar concentrado @José Miguel Muñoz

Poco después cogí una buena rueda en la bajada, una chica de Scott que me llevaba bastante apretado pero sin irse. Como no sé ir concentrado iba viendo sus trazadas (ventaja de ir detrás) y decidiendo sobre la marcha las mías, que eran bastante diferentes porque yo hacía menos curvas, hacía más rectos (dentro del sendero, nada de atroches). Me parecía como el que empezó a hacer mountain bike con una 26" y sin suspensión (o corta) y ahora lleva 29" doble de más recorrido: sigues haciendo las mismas trazadas de antaño pero no deberías, podrías ir más recto pero mentalmente no te dejas hacerlo. En las piernas tenemos 30 cm de recorrido de suspensión, si puedes y sabes puedes ir más recto y absorber más piedras y la rugosidad del terreno. No soy yo el más indicado para hablar de bajadas porque soy un patán pero la teoría algo me la sé. También iba pensando en la cantidad de escalones que estoy haciendo en dos carreras, más que en toda mi vida junta. Otro de los pensamientos es el de lo fiables y confiables que me estaban resultando las zapatillas (Hoka Stinson 6 ATR), muy estables, algún resbalón tontorrón pero en general una grata sorpresa. Y sí, llevo una parte del cerebro en la bajada y la otra (80-90 %) pensando en mis movidas, luego que si pasan cosas o que si voy lento. Total que tras una, para mí, larga y algo exigente bajada, mi liebre se me fue porque se encontró a alguien de su equipo, me distraje un poco y adiós muy buenas.

La alcancé en el segundo avituallamiento, que directamente me salté, ni un segundo invertí, seguía llevando agua y no había acabado el primer gel. Pero en el siguiente tramo de hormigón-asfalto se me volvió a ir para no verla más. Una pequeña crisis a 4-5 km de meta me dejó un poco sin fuerzas, arrastradete, tercer encuentro con el colega francés, iba servidisímo el angelito, me dejó pasar y de reojo le vi con la sirena, luces gálibo, antiniebla, el pañuelo por la ventana y el cuello tronchado; esta vez ya fue la última que nos encontramos. Cuando por fin llegué a la última bajada y sin referencias me relajé algo hasta que el típico tocapelotas me alcanzó, a correr de nuevo. Fui consciente de que llevaba las patas bastante bien (=no muertas) y decidí apretar lo que pude en la bajada, para mi sorpresa mi perseguidor no conseguía echarme mano, yo alcancé a alguno pero en una corta subida a los pies del pueblo mi perseguidor me sentenció, iba vacío. Quizá unos 300-400 ml de agua en un día con calorcete y un gel en casi tres horas no es la mejor táctica del mundo, pero poder se puede hacer, eh, sin miedo. Me desquité adelantando a dos en línea de meta y ya está. Carrera rara la mía. Pero muy bonita, razonablemente competida por mi parte, demostrándome una vez más lo mal que compito, más dura de lo que esperaba y contento por superar los diversos aconteceres del día. Que no había acabado.

Tras ir a por el coche que estaba aparcado por ahí, como dos horas esperando a que llegara la grúa, casi una hora esperando al taxi, un atasco por un accidente nos retrasó para llegar a por el coche de sustitución e importantes prisas porque tenía que asistir a un evento. Batí/batimos el récord de Europa de ducha, a falta de confirmación de Guinness. Pero al final se hizo todo y bien, no pasó nada grave y estamos todos vivitos y coleando (menos un embrague). Las cosas fuera del guion de las cuales sólo una parte estaban en mi mano las resolví (o dejé pasar, que a veces es lo que hay que hacer) sin excesivas tensiones porque cuando estoy en modo zen me alteran pocas cosas. Una buena experiencia.

Ya que estaba por allí pues le eché un vistazo al evento en sí, la carrera gorda y demás. La verdad, qué privilegio. Todo. Si vas porque vas, si no porque la ves en casa; los alojamientos de Canarias suelen ser un lujazo; la gente es amable y cercana; el buen rollo general; el evento es el segundo del mundo, sin duda, qué complicado tienen que ser con tantas carreras y tantos frentes abiertos; el streaming, en mi opinión, el mejor que se ha hecho nunca en este deporte; la calidad deportiva, extraordinaria; me volvía a reencontrar con gente y conocí a nueva; ver a los héroes de este deporte tan cerca, tan humanos, tan poco divos; ver a los anónimos esforzarse; compartir habitación, desplazamientos, comidas o transportes con gente maja de este mundillo; el pedazo de chiringuito que es una carrera de estas ni nos imaginamos lo que es la mayoría; o el fortísimo apoyo de The North Face y lo que implica que alguien de este porte se moje de verdad: muchas cosas chulas y las tenemos aquí al lado. Somos unos afortunados, a ver si nos lo creemos un poco más.

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Tertulia: sobre precios, pasta, billetacos, guita y lebros en el trail running

miércoles, 6 de marzo de 2024

Por tercera vez nos reunimos el tridente maléfico del trail para charlar en esta ocasión sobre lo caro o barato que es el trail. Vaya por delante que la pregunta no es la mejor porque aunque usamos la misma unidad de medida (el euro) comparativamente no nos vale porque no todos cobramos lo mismo y de ahí que podamos tener percepciones diferentes. Y no menos importante, nuestro orden de prioridades.



Dicho esto y suponiendo un sueldo mínimo rondando la media, unas ciertas apreturas vitales, un encarecimiento de todo en la vida... sí, sigo pensando que no es caro. Caro o no caro no significa que no sea bastante dinero pero sigo pensando que es una cuestión de prioridades y de saber elegir. Somos nosotros los que nos dejamos obnubilar por los marcas, medios de comunicación, influencers o pros y queremos las zapatillas X con suela Y y peso Z. Hay que impermeabilizarse ante lo que nos enseñan, coger lo que vale y desechar el resto: recuerda que ninguno de esos paga. 

Afortunadamente el mercado es muy amplio (no necesitas tal o cual marca), hay cosas muy decentes a precios muy buenos (excepto la marca china plagiadora que no me merece ningún respeto, Aonijie), existen las rebajas (no recomiendo la segunda mano en zapatillas si no estás muy seguro de lo que compras), en general el material es muy duradero si lo cuidas (remienda, parchea, aplica deperlantes, lava bien, almacena con cuidado, raramente recomendaría resolar), puedes entrenar y competir sin nutrición o geles de pago y puedes vivir sin competir si el precio de las inscripciones (+viajes+alojamientos+...) es realmente el problema. 

Sí, todo ha subido una barbaridad y está en nuestra mano no entrar en ese círculo vicioso en lo que podamos (en zapatillas podemos, en la leche apenas) y de paso mandar un mensaje claro: marcas, os estáis pasando tres pueblos*. Y si hay que prescindir de algunos dorsales, pequeños lujos y racionalizar las compras, se hace. Más problema me parecen los horarios de mucha gente y la voluntad que le echa al salir muy pronto o muy tarde y eso tiene muchísima más difícil solución. Luego está llevarlo al nivel de roñería de un servidor con calcetines remendados en muchas ocasiones (dudo muy mucho que conozcáis a alguien con algunos calcetines como los llevo yo) o usar camisetas con bastantes más de veinte años. Y no se me cae la cara de vergüenza, oye.

No pretendo convencer a nadie, que conste, pero considero que todo depende de la situación personal y vital de cada uno y de cuál es el orden de prioridades que no es fácil de alterar porque no todo depende de ti pero por ahora correr es gratis, las montañas no requieren pagar y se puede hacer de una forma modesta y digna. La fanfarria para quien pueda y quiera pagarla.

 


*Las cosas no cuestan lo que valen si no lo que se está dispuesto a pagar por ellos. Tatúatelo. Créeme, sé de lo que hablo.

Sobre esto y aquello con Trail Running Review

lunes, 4 de marzo de 2024

Tras un intercambio de manos de un abultado sobre la gente de Trail Running Review decidió entrevistarme. Para quien no los conozca, Trail Running Review, Trailrunnfbsgarevw o simplemente TRR, son los personajes más odiados por la RAE y de hecho tienen sus caretos a la entrada de la academia por haber difundido el bulo de que review es una palabra mejor que prueba o test y a la que mucha gente se ha acostumbrado desde entonces. Arderán en los infiernos por ello.

Hablamos de World Trail Majors en la primera mitad de la entrevista-tostón, luego de pasados, de la vida en general, compartimos nuestras recetas de cocina favoritas y cómo tender la ropa para planchar menos. Todo esto y mucho más en un Tuich (o algo así), un YuTuf (que no voy a buscar) o mejor un poscas.

Dos salvedades: al material le queda margen, a quién no se le ha ocurrido un sistema revolucionario para ser asistido en carrera o de portar la hidratación para ganar segundos en un avituallamiento, de ambos tengo ideas que ya quisiera la F1 para sí (y que están a la venta por unos módicos precios que comienzan con cinco ceros); y que, un purista como yo que trolea a sus hijas por Guasap cuando le ponen abreviaturas diga "contra más duro" me duele en el alma, precisamente la coña es "contri más duro". En fin, por bocazas. 


Mi Hong Kong 100 Ultramarathon - The Half (y 3)

viernes, 9 de febrero de 2024

Mi Hong Kong 100 Ultramarathon - The Half (1)


Es altamente probable que no sea ya pero os imagináis que lo soy y ya está. Un buen número de locales llevaba polainas para estos breves tramos de arena, hacedme caso, no hacen falta a poco que sepas correr en arena (y sin esto también) ©Anta Brand


Íbamos ya servidos, pasada una crisis entre el match y el set ball. Por dos razones no pienso que fue leve: una, lo pronto, mediada la carrera; y dos, por lo del casi mareo, esto no es que me preocupase pero no me gustó. Pero poco a poco se salvó. En una de esas situaciones en las que sólo se puede agachar la cabeza y pasarlo lo menos mal que se pueda. Porque cuando la gente te pregunta por esos momentos malos y dolorosos, que cómo consigues vencerlos en mi cabeza está un mono con unos platillos, no sé... ¿te piensas que puedo apartar el dolor de mi cabeza? No claro, pero sí uso una desarrollada estrategia basada en El Arte de la Guerra, de Sun Tzu: me jodo y me aguanto.

Pasado el momento crítico, que no lleva cinco ni cincuenta minutos pude recomponerme, corría siempre que era posible incluso en subidas fuertes, estaba rodeado de gente igual de motivada y nos íbamos viendo con lo que es algo más sencillo que la pereza y la excusa barata nos venciera. El desgaste ya era más normal, progresivo, aunque ya iba en modo finisher y a tomar por culo todo: dícese del modo en el que te empieza a sobrar carrera y sólo quieres llegar pero que vas a llegar por la gloria de tu madre.

Ay ay ay ©Anta Brand

Penúltimo avituallamiento, me lo tomo con cierta calma pero adelanto a alguno, me encuentro un pelo mejor y empieza a oler a meta aunque sin euforias. De este avituallamiento recuerdo un medio sándwich que, reloj en mano, me llevo dos horas y tres minutos tragarlo, cago en mis muelas, se me hizo bola pero mejor no forzar que la repatriación y tal tiene que ser un lío de papeles y no quiero eso para mis seres queridos. Diecisiete horas después... por fin último avituallamiento y arreando que es gerundio, veo que están echando agua por encima y me sumo. No menos de 20 litros me echaron y no exagero nada. Menos mal que tengo un móvil impermeable pensaba cuando me empaparon de pies a cabeza. De hecho me dejan helado que casi me da una tiritona a más de 20 ºC a la sombra y 70 % de humedad. Pero vamos a acabar esto. La verdad, nos hizo un día excelente, mejor cuando vienes del invierno (aunque sea suave), el día absolutamente precioso con fantástico azul propio de latitudes mediterráneas. Y sí, padecí creo que la humedad, pero firmo por un día así, fue sencillamente fantástico.

Otra foto de playucas chulas. En realidad son tres o cuatro pero la estampa es increíble ©Anta Group

Una última subida, un pequeño collado, donde mañana se desviarán los valientes de la larga para hacer la segunda mitad. Llevo un buen rato con un tipo bufando detrás y aunque no sé lo que queda exactamente porque llevo un ligero retraso en el GPS creo que cinco. En desnivel creo que recordar que eran 2000 pero al subir el track al GPS me puso 1750 lo que me hizo confiarme cuando pasé de los 1000... pero los GPS no se hicieron para medir altitudes y al final me salieron como 2075 que es menos desnivel que lo que suele haber en España pero el que me diga que es corrible le arranco la nuez, sin violencia, de un impacto seco. Corrible lo que me cuelga. Sí, se puede correr pero hostia que te dejas los riñones también y con tanto puto escalón en bajadas tampoco vas precisamente suelto. Y no te cuento en esas bajadas donde la huella del escalón es enana, no te entra el puñetero pie, subiendo sin problema, pero bajando pones el pie de medio lado.

¿Eso es la meta? Eso es la meta

A lo que íbamos que me disperso. Acaba la subidita y empezamos a bajar hacia meta, no era pendiente, no era difícil, no era el momento de fallar, así que a mi rollo, de hecho bajo algo lento pensando en no piñarme y sospechaba que mi sombra me iba a adelantar en cualquier momento pero mientras no lo haga yo pongo el ritmo que no era precisamente veloz. El tipo que llevo bufando detrás no se me descuelga y no me va a relevar, si me releva es para pegarme un palo y yo con dorsal me defiendo con uñas y dientes me da lo mismo el puesto. Con lo que cuando se suavizó la pendiente y pude alargar zancada fui yo el que le cambié como buen picado que soy. Dejé de escuchar bufidos. No sabía lo que me quedaba pero era un cambio algo optimista a priori hasta que poco después entramos en el asfalto final y ya sabía lo que quedaba, ¿menos de un kilómetros quizá? Ya puedes correr, chaval. Cambio sostenido hasta que diviso meta y veo dos almas en pena, uno no se resiste, el otro sí, carne de cañón. Hecho. 7h37' o algo así, 41º creo. He tenido suficiente.

"He tenido suficiente", definición gráfica

Tras lavarme, parlotear y comerme alguna hamburguesa llega el temido momento. Volver. Con la puta bici de las Árdenas. Se iba a dejar los riñones Rita. Subí hasta donde pude, anduve unos 300 metros y bajando con los claqueteos de los juegos de los bujes y la dirección, apunté a casita. Había sido un día largo, suficientemente duro y volvía contento con la experiencia.

Lo que quedaba de tarde de vagueo, cómo lo disfrutamos con el cansancio en el cuerpo, haciendo que trabajaba, sentado en un porche al solete hasta que me empezaron a acribillar los mosquitos y poco más de día.

Para el siguiente pude ver un buen rato de los de la 100 km y en otro momento tuve oportunidad de dar un paseo por Hong Kong y un agradable piscolabis en una terraza con unas bonitas vistas y mejor compañía haciendo tiempo para coger el avión de vuelta. Un larguísimo viaje creo que de en torno a las quince horas, breve escala en Londres (donde tuve el tiempo justo de dejarles un buen pino) y camino Españita. Sonado unos días pero con una gran experiencia personal por todo lo vivido.

El otro Hong Kong, el único que la mayoría conoce

Decía antes que había corrido en muchos sitios y tal, algunas veces no era consciente del privilegio de ciertas cosas, esta vez sí lo he sido, es un privilegio ver mundo; correr en sitios diferentes; conocer a gente (Steve, Janet, Jeri, Ricardo, Núria, Montse y mucha gente cuyo nombre no recuerdo ya); conocer a compañeros muy diversos con los que te has juntado por los caminos; ver, aprender, llenarte de recuerdos que vives intensamente. Quién me iba a decir que un día fuera a correr en Hong Kong, cuántos planetas no se tienen que alinear para que acontezcan ciertas cosas y a veces van y ocurren. Debemos aprovechar las oportunidades que se nos presentan, es un privilegio poder vivir razonablemente acomodados, tener algo de dinero sobrante y tener en qué emplearlo. Y tener una afición que nos permita rellenar el día a día. 

En este par de semanas en casa he leído varias noticias de Hong Kong, una que se han cargado a Evergrande (agujerazo inmobiliario a China), una movida de banderitas y demás (el tema va a ir en aumento) y no sé qué más. Siempre me pasa, creo que a todos, que cuando estamos en un sitio siempre luego vemos más noticias de ese sitio, no es casualidad pero no es que haya más noticias, es que tu radar tiene ya otro objetivo. Y está muy bien llevarte ese pedacito del lugar que visitaste, nos humaniza y nos acerca. No sé si nos hace mejores pero sí diferentes.  

Ha sido un privilegio vivir esta experiencia que se vendrá conmigo hasta la tumba o hasta que me azote el alemán, uno de dos.

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Mi Hong Kong 100 Ultramarathon - The Half (2)

jueves, 8 de febrero de 2024

Mi Hong Kong 100 Ultramarathon - The Half (1)

La salida, tarde, recuperando en el kilómetro de asfalto inicial, llego al sendero. Aunque no es fácil se puede adelantar de vez en cuando y lo hago cuando puedo tratando de recuperar. Paso a mucha gente y sé que voy más rápido de lo que debo pero preocuparse por lo que vendrá dentro de unas horas es clarísimamente de perdedores. No noto especialmente el calor, algo la humedad, voy bien y disfrutando del paisaje, me encanta ver el mar y será nuestro compañero muchos ratos, el sendero es compacto, agarra bien, no hay problemas, hay algunos escalones y muchos más que vendrán, se mueve uno rápido. Tras un buen rato alcanzo a Francesca Canepa, ella va a hacer the Grand Sam (las tres carreras, miércoles, jueves y viernes-sábado, una buena paliza, cerca de 200 km por un terreno que me parece lento y exigente) y creo que ya está más o menos bien de remontar. En cierto momento llegamos a asfalto y cruzamos una presa, un laguito interior que nutre de agua fresca a la ciudad. Es una buen vista, un rato de asfalto más y sigo recuperando. Aquí ya sí voy midiendo mis fuerzas pero sigo adelantando a menor ritmo porque la gente ya va corriendo bien, corro a ratos con algunas mujeres y trato de mantener un ritmo constante. Estoy en el primer avituallamiento, segunda presa y voy bien, me lo salto porque así lo había planeado pero no planeé casi romperme un tobillo o los dientes en un pequeño corte en el suelo de un canalón. No pasó nada esta vez. Se irían sucediendo algunos tramos de escaleras y unas buenas vistas. Detesto las escaleras, no siempre coinciden con tu paso y en bajadas además tienen el riesgo de rozar el talón y calzarte una monumental con lo que traté de estar muy atento. No sé si recuerdo hacer toda una carrera tan concentrado tanto tiempo pero surtió efecto: ningún tropezón serio y alguna patada fuerte a una piedra pero no más. Y mejor que sea así, caer en afilados escalones no da buena suerte.

Vistas reales durante la carrera, nada de postales de enmarcar. Así unas cuantas. Espectacular.

Hong Kong 100 puede diferir bastante de lo que normalmente conocemos por carreras de montaña en España o Europa. Si vas buscando eso quédate en casa mejor. Pero es que el trail running es más que montaña. Por aquí vas a ir mucho tiempo en suelo no natural, hormigonado, asfalto menos de lo pensado y muchos muchos escalones. Con una ciudad de no lejos de ocho millones de habitantes el terreno se tiene que proteger de alguna manera. Pasa aquí, pasa en los Alpes o pasa en Estados Unidos. Depende del grado de protección, de la gente que quieras rescatar y de las lluvias y escorrentías así deberías de proteger el suelo. Y aquí el que tenía el contrato de hacer escalones se puso las botas. Debe de ser el tío con más pasta de Hong Kong. Porque madre mía todos los que hay. De hormigón, de piedra, en buen estado, destrozados, altos, razonables, tendidos. Pero el terreno es así y se viene llorado de casa. Y no hay mucha alternativa. Es un sitio muy protegido, no pueden pasar coches, apenas bicis (por carretera, nada en caminos), para llegar a las playas hay que hacerlo tras una hora de caminata y lo que no es camino es casi una selva impenetrable. Si buscas montaña pura no vayas; si buscas otra experiencia seguro que te parece interesante. Aparte de la ciudad de Hong Kong que ya merece un buen vistazo, las vistas de la carrera son muy muy bonitas, cruzas varias playas que no es lo más normal en un trail tampoco, vas viendo cómo corre esta gente o qué material usa, todos le vamos poniendo nota a la organización según vamos viendo la señalización, los avituallamientos, el montaje o la bolsa del corredor y en global la experiencia sí es muy chula, es otro mundo, otra forma de trail con su forma particular de hacer las cosas, ves cosas nuevas y lo nuevo, lo diferente a unos les retrae y a otros nos motiva y enriquece. Correr me ha llevado a sitios increíbles, desiertos, selvas, volcanes o lagos helados, he corrido casi en cualquier continente, en decenas de países sobre distintas distancias y terrenos, y de todo aprendes si quieres aprender, si tienes las ganas de hacerlo. Y me gusta mucho más esto que buscar el último rendimiento deportivo, correr donde lo conozco todo o repetir. Para mí correr es mucho más que correr.

He dejado algunos flecos, vamos a ello para que puedas tener una mejor idea de aquello. Organización: muy buena, a medio camino entre las hogareñas norteamericanas y las medio grandes europeas. Con cercanía, calorcete humano, con amor por lo que hacen. Pero profesionales, un marcaje excelente, unos buenos avituallamientos, los servicios que se requieren y buena imagen. Me gustó, me gusta que siga habiendo carreras que saben crecer a su ritmo, sin prisas y con pie firme. 

Creo que nunca he hablado de la bolsa del corredor pero voy a hacer una excepción. Este año la carrera tenía un patrocinador nuevo, Anta, que no la conoce casi nadie pero es la dueña, entre otras, de Salomon. Pero lo que es la marca en sí no se vende fuera de China, por ahora. La camiseta de la carrera, la sudadera de finisher o una bolsa que me dieron en meta son los mejores productos que me han dado nunca en una carrera, calidad excelente y me quedo corto con el adjetivo. Aparte, situó numerosos fotógrafos a lo largo del recorrido, llevó a corredores patrocinados e hizo una zapatilla conmemorativa, que me hubiera molado tener pero no debía de haber de mi talla. Un patrocinador que no se queda en baratijas y poner su logo, aporta a la carrera de verdad y a todos.

Sobre la forma de correr local los primeros iban loquísimos pero como casi siempre. En mi carrera obviamente no les vi el pelo pero en la larga les vi en algún punto y me impresionó verlos correr en escalones que me llegaban a la rodilla y muy verticales. Hay mucho nivel y mucha densidad. Corren mucho mucho. En el pelotón, donde iba yo, la gente sabe correr, que nadie se crea que están verdes, leches en vinagre, corren bien, hacen avituallamientos veloces, pliegan y despliegan bastones más rápido que yo pestañeo y la gente va motivada. El material que usan por supuesto que es muy bueno, por si alguien pudiera pensar que iban en alpargatas o algo. Negativo. Hacer trail en estas latitudes para muchos es un ocio al alcance de no tantos, no diría que de ricos pero de pobres no es. Vi mucho material bueno, actual y cosas que nunca había visto, marcas que sé lo que valen y que yo al 50 % no compro. En zapas Hoka arrasa, en mochilas mucha variedad con importante presencia de marcas locales, y en textil mucha variedad con presencia también de productos locales de alta calidad y precios acordes. Sí, por supuesto que me fijo en el material que lleva la gente, técnica de correr, cuándo corren y cuándo andan, iba descubriendo marcas que nunca había visto y analizando todo y más, luego que que se me olvida comer o beber, ¡estoy a otras cosas!

Esta foto ya tiene el truco del dron pero las vistas eran así, el color del mar también, el día espectacular, las playas muy chulas. Francamente bonito, en ocasiones de quitar el hipo ©Anta Group

Cruzar las varias playas, cortas y con la arena no muy blanda, me gustó mucho. El recorrido me recordó mucho a la Costa Brava, allí hice una vez una carrera por etapas y el terreno era parecido, costero, a veces artificial, a veces más natural, absolutamente todo sendero (excepto el asfalto que era poco, entre el 8-15 o así había ahí lo que más) y muy buenas vistas. Y aunque a veces te cruzabas con gente paseando o haciendo senderismo la mayor parte del tiempo ibas solo con la gente de la carrera. Recuerdo: a pocos minutos una ciudad con un área urbana de más de siete millones de almas. 

Entre tanta divagación y tratando de absorberlo todo vino un momento delicado. La palabra del día fue toasted. Me la repetía constantemente, toasted por el calorcete que no era mucho pero sí combinado con la alta humedad; toasted de ir tostado de ritmo porque se te hubiera ido de las manos; toasted  a alguno que pasaba y que iba con la cabeza de medio lado; y toasted también aplicado a mí. Entre el 26 y el 35 aproximadamente iba toasted pero bien. Lo que había reconocido en otros me tocaba a mí. Una subida que se me hizo durísima, casi único momento sin sombra, pegando el sol en todo el cabezón, ligeramente mareado (creo que por contracturas de cuello), me noto algo seco y llevo poca agua y hambriento. Si tienes hambre es que ya vas tarde. Llevaba más de cuatro horas y había bebido medio litro o así y comido algo de fruta en los avituallamiento y una barrita y medio gel. Toasted de manual. Modo superviviencia on.

Por ahí se me ve dándolo todo. Nota: no soy la de amarillo ©Anta Group

Francamente me vi justo, avanzaba muy lento, bajaba de penita y no veía llegar el avituallamiento. Razonablemente justo y demasiadas cosas a la vez, racionar agua, que el mareo que no sea por nada raro, a ver si se me pasa el hambre y no perder mucho tiempo que esto no deja de ser una carrera. Y a ser posible sin hostiarme en ninguna bajada. Fue un mal momento. Vendría otro después, en un desesperante sendero junto al mar turquesa con muchas piedras puestas de cualquier manera que me impedían correr, coger algo de ritmo, hacer algo que no fuera penar. Cojones de piedras y de hostias en vinagre. A esta gente no les invadieron los romanos que sabían poner las piedras en orden, no, todas tiradas ahí de cualquier manera entorpeciendo el camino. Rocé el ponerme de mala hostia porque iba lentísimo y me apetecía avanzar un poco, hacer kilómetros y nada, horror. No sentía que tras comer algo y beber me estuviera recuperando pero es que debía pasar tiempo, que el cuerpo se rehiciera. Lo hizo, poco a poco pero lo hizo. Y en cuanto pude correr, corrí, no estaba tan mal. Recuerdo buenos tramos corriendo pero los que llevaba al lado también, cabrones, cobardes, dejaos pasar. La gente muy amable se dejaba adelantar y yo lo hacía también, alguno me dijo que no, que tirara yo delante, no sé si porque iban filmando y querrían grabar una leche pero bueno el caso es que se iba haciendo camino y pasando los kilómetros. 

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