Madrid-Lisboa, primera parte

miércoles, 1 de octubre de 2014

Empecemos con las excusas: ya iba con hándicap, la noche anterior mis hijas se dignaron a protestar y dar por culo toda la noche, con lo que llegué ya medio doblado. Valga por delante.

Muy buen día el que nos recibió en Las Rozas, donde teníamos que hacer las verificaciones administrativas (vaya orden y profesionalidad por parte de la organización, da gusto), buen ambiente, breefing y ¡a comer! Cómo mola empezar las carreras apretándote un plato de gnoccis. Ni vimos salir a nuestro primer relevista... Tres comiendo todo lo que podíamos y otro fajándose. Me encanta.


Primer relevo. Fernando toma las riendas del asunto, etapa corta, "espídica" y con cierto riesgo por ir muchas bicis juntas. Es de la zona, conoce muchos caminos -y no entiende por qué la salida es como es, pero alguna razón habrá-, pero se defiende, le pega duro y cede el testigo a Luismi, nuestro hombre más fuerte. Dos anécdotas al precio de una: "¿cómo se maneja esto?" (pregunta de Fernando señalando el GPS cinco minutos antes de salir) y Luismi que se olvida del casco. ¡Vamos ya, no reunimos una neurona entre los cuatro!

Segundo relevo. Luismi es un chaval joven -24, divina juventud que dicen los topicazos-, viene de la carretera, regenta una tienda y está fuerte el jodío. Tras llegar Fernando, guardamos bicis, "ordenamos" un poco la furgoneta, y salimos hacia la siguiente posta. Este primer tramo del relevo es por carretera y había que ver cómo iba de follaos los amigos, Luismi ya recuperando a saco. Le sale un relevo rapidísimo (27 km/h creo recordar) y adelanta bastantes posiciones. En la plaza de toros Burgohondo, muy chulo el control, David coge el testigo.

Tercer relevo. David es un tipo técnico, fuerte en bici, a pie (UTMB/Tor) y todo lo que se lo ponga por delante. Cuanto más duro y técnico mejor, ya lleva luces porque entraría la noche. Aun así vamos adelantadísimos respecto a las previsiones, habíamos calculado 20 km/h y yo pensé que estaríamos muy por detrás de esa media. Recupera más plazas para dejarme el testigo a eso de las 21h30 en Navalperal de Tormes.


Cuarto relevo. Me tocaba. Llevaba varios intentos de dormir un rato, no lo conseguí. Pero la hora era mucho mejor de lo esperado, había calculado coger mi primer relevo a la 01h00 aproximadamente, y no eran ni las 22h00 con lo que el riesgo de sobarme eran menores. Navalperal de Tormes es un pueblo muy pequeño, nos habilitaron una pequeña campa donde aparcar y también cenamos (dos comidas antes de empezar, esto es la caña). Con bastante calma fui preparándome. Uno de los problemas es que nunca sabes cuándo va a llegar tu relevo, el tracking la verdad es que no funcionó bien, no sé el motivo, no lo achaco al sistema, pero el caso es que te podías pasar una hora con el casco puesto en posición de ataque para que cuando te fueses a mear apareciese tu relevo. Ni que decir tiene que me pilló un poco, pero bueno, 30" no van a ningún lado... ejem.

Salgo y primer problema, no veo una mierda el GPS. Mi hermano, experto en carreras de 24 h, iba a ser relevista, pero se rompió el escafoides un par de semanas antes el muy tonto. A cambio, me ha dejado su Garmin Edge de bici y las potentes luces, y para ahorrar batería del GPS enchufas con el frontal para verlo... pero no veo absolutamente nada. De hecho al salir del pueblo tengo que preguntar, salgo por asfalto y a morir. Con todo metido. Sigo peleándome con el GPS, cuando toco la pantalla se enciende la retroiluminación y aun así se ve con dificultad, el color del track es un rosa pálido que me cuesta distinguir de otros colores con las gafas amarillas y la luz blanca del frontal, ambos falsean los colores. Me extraña no ver luces delante ni detrás, miro para atrás repetidas veces y pedaleo más o menos fuerte sin demasiada fe porque como no vaya bien la estoy cagando como los monos, todo por carretera. Un rato después me cazan cuatro tipos, van volando y me cuesta seguirles, piden relevos y hago como que no va conmigo porque empiezo a llevar las piernas de madera, estamos llaneando muy por encima de 30 km/h, 35, 38, 40, ligera bajada, 47, esto es una locura, en los repechos casi no puedo, enlazo a veces hasta que una ya no lo hago, voy pasadísimo de ritmo. Nos metemos como 25 km de asfalto. La verdad, no me cuadra. No conozco la zona, otros compañeros sí, pero 25 km de asfalto me parecen demasiados no, lo siguiente. Para hacer una ruta hay infinidad de variables a considerar, desde intereses comerciales (como la Vuelta o el Tour, donde las localidades de paso pagan), a medias horarias, por espectáculo, porque Tráfico no te deje ir por un sitio y sí por otro, y en el caso del mountain bike (o del trail) además hay criterios estéticos, de dureza, de medias de ritmo, exposición al riesgo, acceso de equipos de rescate, etc. etc. Una prueba de mountain tan larga requiere un trazado muy exhaustivo, que nunca va a ser perfecto ni del gusto de todos, pero que debe de contentar lo más posible. Unos vienen de la carretera, otros del enduro (de motos), unos quieren zonas técnicas, otros pedalear y sacar medias altas. Además hay que planear las asistencias, que te dejen pasar por fincas o buscar caminos públicos. Tiene que ser extraordinariamente difícil sacar este recorrido de tantos kilómetros, sin que sea demasiado lento para no eternizarlo, pero que siga siendo mountain bike, que salgan etapas homégeneas y que permita seguirse por carretera para las asistencias. Ya digo, nada fácil. Pero esto es mountain bike, entiendo que tiene que haber mucha pista e inevitablemente asfalto, pero debe ser lo mínimo. Igual que entiendo que deba de haber algo de asfalto, si en diez zonas no tienes que empujar la bici no es mountain. Si no hay alguna zona técnica, tampoco. Y si un mountain biker en ciertas zonas no puede descolgar a un carreteiro, algo se está haciendo mal. Este primer relevo me iba dejando muy frío, el mountain bike es al ciclismo lo que el trail al atletismo, un atleta puro no debería de poder marcar diferencias más que en algunas zonas, pero en otras tiene que palmar sí o sí. Afortunadamente ha habido tramos mejores, mi segundo relevo moló, y en general quedamos satisfechos, pero un poco menos de asfalto se agradecería, en mi opinión, ya digo, que hay muchas visiones pero hay que preservar el deporte.

Llegado a Barco de Ávila, y tras cruzar un río por un bonito puente, siete (seis y medio más bien) aguerridos ciclistas se encaminan a coger campo... tras perder la ruta, salto de valla y desmembramiento del grupo, nos metimos en una poza de agua tremenda, de casi hasta la rodilla, andando, desagradable, pies muy fríos, pero no pasaba nada, había 50 charcos de muchos metros más para que no te quedase la desagradable sensación de que te habías mojado una vez para nada. rascaban los discos y el cambio que era una maravilla oírlos.

Además, pensaba que iba a hacer fresco, saliendo a 8 ºC, estando por Gredos y siendo bici (viento relativo), me abrigué un poco, camiseta de manga larga y chaqueta impermeable. Me pegué una sudada antológica, pero ni me planteé parar, apenas podía beber como para andar quitándome chaquetas, poseído por el ritmo y no perder ni un segundo innecesariamente. Una locura. En una inversión térmica curiosa (en parte por descender), llegué con 14 ºC, empapado en sudor.

No sé cuántas veces habré ido peor de ritmo, fundidísimo de patas, me costó más de 20 km volver a tener algo de fuerza en las piernas, un horror, sensaciones penosas: definitivamente me había exprimido a base de bien en la carretera. Una estupidez. Iba dando tumbos, cometiendo fallos, sin pensar con claridad, sin cadencia, sin fuerza. Es realmente fácil pasarse cruces por la noche, lo haría no menos de siete veces, en realidad pierdes poco tiempo, pero da por culo. En uno de los cruces, al salir de asfalto por un camino "invisible" nos avisaron al estilo ciclista de carretera (es decir, como si llamaran a las ovejas) y les respondimos que era por donde íbamos nosotros, pero siguieron, pues nada, nos dan ventaja, pensé. Iba con un tipo que iba algo más católico que yo, pero que se saltaba cruces que era un primor, con lo que apenas me sacaba ventaja. Llegó una bajada bastante técnica, de ir con un pie fuera y luego directamente fuera de la bici (esto también es mountain bike), quizá menos cansado y de día no sea para tanto pero la vi mal en las circunstancias en las que iba, y luego una rapidísima carreterilla junto a un río con su peligro, porque ibas volando, y de vez en cuando mirando el GPS. En un tramo técnico casi salgo "por las orejas" y de paso casi me dejo un huevo en el asunto. Iba algo mejor, no tan atropellado de sensaciones, pero me cazaron al final algún que otro grupo que me era imposible seguir por poco, pero imposible.

61,55 km después, algo antes de lo que esperaba (creo que eran 66 de rutómetro), llegaba a Navaconcejo, fundido y sobre todo muy decepcionado con la etapa que había hecho. No sé cuánto habría mejorado siendo algo más inteligente, pero no sólo de tiempos y medias vivimos, las sensaciones fueron penosas no por mi forma física, sino porque lo había hecho mal, muy mal, me había encebollado en ir lo más rápido posible sin pensar en nada más, me había desecho en una tercera parte de la etapa y me había costado otro tercio recuperarme. Había perdido bastantes puestos, cosa que es decepcionante si vas en grupo porque otros los habían ganado, pero sobre todo me sentía mal conmigo mismo, había sido estúpido, un juvenil atolondrado, no es un error que suela cometer y no tiene excusa.

Quinto relevo. Empezaba de nuevo la vuelta, le toca el turno a Fernando, su segundo relevo. Llegado al siguiente punto de control, intento descansar algo, doy mil vueltas en mil posturas y no lo consigo. Lo intenté antes tumbado en la furgoneta, luego en el coche, imposible. Estaba cansadísimo, con un sueño que me caía y no conseguía dormirme. Fernando llamó, había doblado el cambio con una rama, algo que yo también estuve a punto de hacer, se había perdido 5 km (y otros tantos de vuelta) y no sabía si podría llegar. Fue el único problema mecánico que tuvimos. Lo hizo, llegó, y en estas cosas se ve la responsabilidad del equipo, no quieres ser tú el que la cague, porque un problema, físico, mecánico, una hostia, afectan a todos, que se están esforzando a tope. Para mí es una sensación novedosa, de cierta responsabilidad, aunque no te juegues nada. Como el tracker no nos funcionaba nos enteramos de que Fernando había llegado a meta por internet, con lo que el siguiente relevo -David- saltó de su dulce sueño como si le atacaran los masai. Pegó un brinco, se vistió y salió volando a su relevo. Tuvo que volver tras dos kilómetros porque iba sin GPS. Este es el nivel del equipo, oiga.
s

Segunda parte

+: Powerade Ion Madrid-Lisboa

2 comentarios:

Fran CasalF dijo...

Uff, ¡qué de cosas me apetece comentar aquí!

1) No sabía que tu hermano se hubiese lesionado, sería después de la PBR, supongo. Dale ánimos, y que se recupere pronto.

2) No sé los que viste tu saltándose cruces, pero el año pasado vi MUCHA GENTE que lo hacía no por error de navegación, si no por TRAMPEAR. Nos pasó varias veces, a mí un par de ellas, de ir una grupeta de 6 o 7, llegar a un cruce y unos para un lado y otro para otro. Les gritábamos advirtiéndoles de que se salían del track, pero... ingenuos de nosotros, no nos hacían ni caso. Cuando llegábamos al siguiente relevo los encontrábamos duchados y sonrientes. Para mí eso no es hacer deporte, es otra cosa.

3) Ese 4º relevo que comentas lo hice yo también el año pasado, saliendo de Navalperal y haciendo Tornavacas y entrada en el Jerte, ¿no? La verdad es que me encantó (además viví el momentazo de cruzar entre una manada de jabalís)... pero coincido contigo en que le sobra asfalto.
Sé que es difícil trazar un recorrido que contente a todos, y que en algunas zonas es imposible evitarlo, pero si comentabas con los compañeros, el año pasado había asfalto para aburrir. Y una gran parte seguro que podría haberse quitado aunque complicase un poco más la organización. Si fuese en otro ámbito ya estarían midiendo si cumplía un supuesto porcentaje máximo.

4) Desconozco si la app de tracking era la misma de la 1ª edición, una evolución, u otra nueva, pero tratándose de un recorrido no muy expuesto ni remoto: ¿no sería mejor el control del recorrido entregando cada uno su track recién grabado, y la gestión de emergencias vía teléfono?

Esperando la segunda parte.

Saludos.

ser13gio dijo...

Je je, quieto parao.

1) Sí, se cascó el escafoides trabajando, no en bici el muy tonto. Ya lleva tres manos y dos clavículas, me gana 5-3, veo que se me va... Fue a la PBR sin demasiada convicción, iba justo de tiempo, tenía que volver el domingo sí o sí y en cuanto vio que se le iba a alargar, lo dejó. Ni que decir tiene que estaba pensando en la categoría 'solo' de esta Madrid-Lisboa y se vino hasta el sábado por la mañana con nosotros para echar un vistazo.

2) De esto hablo en el siguiente post, me he calentado. Resumiendo: me cago en su puta madre. Así. Me asquea mucho, no lo entiendo, no nos jugamos nada, esto es un hobby. La organización debe (y sé que va a) poner medios, pero el 99 % somos nosotros, los deportistas, retrasados mentales.

3) Sí, creo que es ese tramo, una pena que fuera de noche porque creo que podía molar junto al río y eso. Sí, me sobró asfalto, no he querido que parezca que el recorrido es malo, para nada, creo que sobra asfalto, esto sí, y para mí """no es opinable"""; y a partir de aquí, ya sí, cada uno queremos lo que mejor se nos adapte o guste, pero ahí soy mucho más tolerante, creo que debe de tener de todo y en 770 km es razonable que haya para todos los gustos. El otro relevo me moló mucho más.

4) RaceTracker, posiblemente sí sea la misma, es muy usada. No le echo la culpa a la app, yo intentaba dejar el móvil arriba de la mochila, pero quizá no es suficiente, no sé. Ya digo, no nos funcionó a nosotros, a otros parecía que sí, pero no le echo la culpa al sistema. Claro que se podría pedir el track en cuanto acabases, en la Portugal Bike Race (ex Oh Meu Deus) se pide, según acabas, si no no sales en clasificación. Es una forma. Otra, que el sistema RaceTracker o como se llame, sea obligatorio y vinculante, es decir, es obligatorio que funcione (quizá con algo que dé la organización, no nuestro móvil) y que debas llevar, no opcional, si no lo llevas, penalizado, pero bien, 5 horas como poco, es como en carreras del motor, un precinto roto no significa que hayas cambiado caja de cambios, por ejemplo, pero por si acaso, buen estacazo. No veo otra forma con el nivel de retraso funcional que tenemos. Da pena. Esto no enturbió la carrera más de dos minutos, aunque despotrique mucho en el próximo post, pero es que es ruin, infantil y estúpido.

Saludos,
s

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