Aguas revueltas en Utah

martes, 21 de febrero de 2017

Aunque no tan acusado como el fenómeno postBrexit, los votantes -y los no votantes- de El Anormal no deberían echarse las manos a la cabeza con las imbecilidades que día tras día riega en los medios de comunicación. Una de las medidas que se intuían más polémicas, en lo tocante al medio ambiente, es la "liberalización" de espacios públicos para su explotación minera y privada. Estados Unidos es un país bastante rico en recursos naturales, con una alta demanda energética y con un considerable retraso en cuanto a la aplicación de prácticas energéticas modernas, no digo plantas solares, no voy tan lejos, si no simplemente no depender tanto del carbón, por ejemplo.

Sus gobernadores estatales en general siguen las directrices de su presidente, digo en general porque los Estados actúan de una forma muy independiente y pueden aplicar o dejar de aplicar la inmensa mayoría de lo que les viene de arriba a su antojo. El gobernador del Estado de Utah dictaminó que ciertas tierras que estaban protegidas podrían utilizarse en el futuro para industrias extractivas, con el poco tino de que Utah es uno de los Estados más fuertes del país en cuanto a outdoor, sede de muchas empresas y de las mayores ferias del continente. Y se ha liado la marimorena.


Outdoor Retailer tiene versión invierno y verano, a celebrar en enero y julio. Durante la última edición, el pasado enero, el fundador de Patagonia, Yvon Chouinard, adalid de causas medioambientales, abrió la caja de pandora dejando caer el poco respeto del gobierno estatal hacia un sector que tantos beneficios directos le produce. El elocuente título del post es «El sector outdoor quiere a Utah, ¿quiere Utah al outdoor?». Sólo en las ferias, 45 millones de dólares de ingresos directos. 12000 millones todo el sector. Da empleo a 122000 personas. No está mal.

Aunque Yvon ya no preside la compañía, Patagonia echó un órdago: decidió no estar presente en la Outdoor Retailer de verano ni ninguna otra si no cambiaban las políticas del Estado. Días después se sumaban otras importantes empresas como Polartec, Chaco, Cliff, Columbia, Brooks, Arc'Teryx, Dakine Goal Zero, Keen, Backcountry, Black Diamond, Merrell, Montane, BioLite, Mountain Hardwear, Rossignol North America, New Balance, Petzl, Salewa, Scarpa, The North Face, Topo o Yakima. Decenas más se han ido uniendo; me ha parecido interesante la postura de REI (la mayor cadena de tiendas outdoor), en el sentido de actuar unidos. Y aquí fue cuando llegó el lobby.

Outdoor Industry Association es la asociación de empresas de outdoor (y esto lo deduzco yo solito) que reúne a 1200 empresas del sector. Lo que es un número tirando a majo. Se reunieron con el gobernador. Y a la salida le han dicho a la organización de Outdoor Retailer que busque otro emplazamiento, que allí sus asociados no quieren estar: apretada de tuercas en condiciones. Y hasta se habla ya de Denver.

La reflexión del tema, en mi opinión, viene tanto de la situación puntual y particular de este caso como de que las empresas tengan que "inmiscuirse" en políticas. Hemos visto, por el mismo payaso que preside el mismo país, que grandes empresas como Google o Facebook se han posicioneado claramente respecto a políticas inmigratorias; otras también, Über, Starbucks entre las más sonadas, o Ford que ha abandonado el plan de construir una planta en México. No nos engañemos, las empresas son entes jurídicos, un acta notarial, dos impresos en Hacienda y listos. Quienes las fundan, pero sobre todo quienes las presiden desde la cúpula, son las que les pueden dar alma y compromiso, la empresa en sí no es nada. ¿Deben las empresas mojarse en temas estrictamente políticos? Si es que sí, ¿a partir de cuándo es razonable inmiscuirse? (si es que se puede llamar así) Facebook o Google tienen empleados de cientos de países, suena razonable que limitar el flujo de gente con talento les limita como empresas. Tocar espacios outdoor afecta a las empresas outdoor, no sólo es pensar en los arbolitos y los pajaritos, es que estás limitando tu espacio vital, donde se desarrolla tu negocio. Con lo que suena razonable también meter presión. ¿Y dónde está el límite de lo razonable? ¿Hasta dónde deben ser de participativas, beligerantes, responsables, activas -o como lo queramos llamar- las empresas antes de pasarse de frenada?
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Actualización: Interbike (bicis) y la 'Handmade', versión de pequeños fabricantes de bicis, abandonan también Utah.

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